viernes, junio 19

pollitas en fuga

Tardecita otoñal.
Dos treintañeras se juntan en un bar de Palermo.
Lindo lugar, con aire parisino.
Dos jarras de Gin Tonic y unos nachos con ricas salsitas.
Comienza a llegar gente.
En una de las esquinas un chef muy conocido discute con su joven novia, o amante.
En otra de las mesas, una pareja se besa como si fuera la última vez.
S&S siguen charlando. Vuelan desde New York a Mar del Plata con sus conversaciones.
Mas gente.
El lugar es agradable, el calor de la fogata ilumina los rostros ajenos.
Unas chicas muy jóvenes quieren esa mesa.
Necesitan esa mesa.
Son pequeñas, de caras conocidas.
Una foto del grupo se ilumina con las llamas del hogar.
Un vaso más y la posibilidad de irse sin pagar.
Confesiones delictivas. De supermercados chinos y de cafés arómaticos.
Huida. Un cigarrillo en la puerta y una fuga ideada, planeada, necesaria.
La foto de ellas que se cae, desaparece. Pueden encontrarlas rápidamente
Una de ellas lleva una pollera de lunares, la otra, su inevitable flequillo
Entre las calles palermitanas y policias parados en cada esquina
corren desesperadamente
tiemblan, sonríen, al compás del viento otoñal