un hilo de seis puntadas
y labios sellados por un día
tres muros sosteniendo
el tímido parpadeo de los ojos
y del silencio oportuno
y el derrame de un líquido
por tus venas
atravesando los mares
de huellas y de hombres sin nombres
y los pequeños latidos
q todavía no puedo imaginar.