yemas ardientes
bordeando casualidades
intantáneas de un tarde
y un vino congelado
y mínimas ventanas
de un tren pasajero
q se abren
como sacudones
de ayer
y de hoy también.
luces y lunes
universalmente clavados
en la sien
de fachadas inventadas
de sútiles candados
amoldados
al tiempo
a eso q se esfuma en el aire
y q se vuelve nostalgia
y también nada
pero esa nada
q maravilla
y q no todos, entienden.
y tu desorden
y mi desborde
y tu agua
y nuestro romance
y tu risa
y mi eterno desparpajo
controlado
y también olvidado...
como las cosas sin coser
como los momentos rotos
como vos
como yo...
impacientes
ante la gran felicidad
q simplemente es
nuestra propia síntesis...