lunes, agosto 27

de siesta

Una virgen dorada. Un blanco teléfono blanco sin tono.
Libros viejos sobre perros, en un mueble que simula ser una biblioteca.
Un número sin marcar sobre un cuaderno rayado, de hojas algo amarillentas.
Una señora con flequillo a lo Sarán espera su décima llave.
Sábado en San Cristóbal.
Rostros de feriado.
Y yo, sola y de siesta.