viernes, marzo 9

De pálidas paredes
cae una lágrima
sin identificación.
Superficie de aguas turbias
de corazones en dudas
Ciegos y sordos
Se vuelven los muros que suelen escuchar
Verdades irreconocibles
Por sus propios dueños.
Huellas de otras pieles descarriadas por el olvido
Sin reconocimiento
Puros y cerrados silencios que no se cansan con nadie.
Ni con la nada misma
Prefiero callar ésta noche de lluvia torrencial
Y no convertir domingos en temibles ocasionales.
Vulnerabilidad absoluta que cae sobre esa pared
Compañera de sonidos íntimos y naufráfados
Gotas volando entre nubes solitarias
Sin dueño
Ni amores
Ni pesares
Conformación sin premeditar
Gritos sagrados
Caricias perdidas en el tiempo.
Domingo tranquilo lluvia derramada entre las ramas de este febrero de 31.
Frases de murales recuerdan sabidurías de la vida misma de hoy.
Mañana ya será tarde.
Silencios abrumando y abrazando pieles morenas
Cálida presencia que perturba
Entibia
Silencia